María Gabriela Epumer

1 08 2008

De continuar en nuestra misma dimensión habria cumplido un año más este 1 de agosto, pero ahora se encuentra en otro plano existencial.

María Gabriela Epumer, A1, Chipi Chipi, Miss Say No More, Señorita Corazón, Mapu, entre sus canciones preferidas contaba «Del ’63» de Fito Páez, ambos nacierón el mismo año, él en Rosario y ella en Buenos Aires, decendiente de ancestros mapuches, estudió piano y danza clásica, a  los diez años comenzó a estudiar guitarra.

Su abuelo Juan Epumer fue guitarrista del cantante de tangos Agustín Magaldi, su hermano Lito Epumer integró Spinetta Jade, luego formó Madre Atómica junto al Mono Fontana y Pedro Aznar y aún continua con una carrera solista, su tía Celeste Carballo es una de las pocas cantantes argentinas de gran renombre.

A los 16 años se integró la banda de María Rosa Yorio (quien fuera esposa de Charly Garcia), grabando el disco Con los ojos cerrados y tocando en sus shows en vivo; en 1982 formó Rouge, primer banda Argentina de rock integrada por mujeres, tocaban covers en inglés de música de los 60’s, María Gabriela se encargaba de la guitarra y Andrea Álvarez de la percusión, posteriormente, reemplazando a la anterior bajista ingresó por sugerencia de María Gabriela una amiga con la que solia tocar a los 13 años, Claudia Sinesi; esta alineación más Claudia Ruffinatti, quien originalmente integraria Rouge, y Mavy Díaz, conformarian Viuda e Hijas de Roque Enroll, una banda que se convirtió en un hito de la historia del rock argentino (formalmente la primer banda argentina de rock integrada por mujeres con un enorme exito), causando una gran conmoción entre 1983 y 1988; en el 89 forma con Claudia Sinesi Maleta de Loca después de disolver a Las Viudas un año antes, el proyecto no tracendió más alla de la edición de un LP del mismo nombre, debido a la situación economica que para 1993 se ponía peor; María Gabriela formó Las Chicas junto Floppy Bernaudo, su prima, Laura Casarino, ambas ex-integrantes de Los Twist, Laura Gómez Palma, bajista de Man Ray y Marcela Chediack.

Durante todos esos años participó con autenticos grandes entre ellos Fito Páez, Luis Alberto Spinetta… sólo faltaba el gran genio.

En una presentación con Las Chicas Charly García felicitó a María Gabriela, él era amigo de Laura Casarino, aquel encuentro sirvió para que ella pasará a ser la guitarrista de Charly, cuenta Epumer que: “después del show, nos vino a saludar al camarín y nos quedamos hablando. Me dijo que tenia una gira, pero que no quería probar guitarrista porque estaba harto de eso e iba a ir sin guitarrista. Y yo que soy re tímida, no se como le dije: “pero llévame a mi”, cargándolo, tipo una broma. Y entonces me miro y me dijo: “que, ¿vos te animas?”. Y yo le conteste: “obvio que si”. Me hice mas la canchera, pero desde la timidez que tenia. Y, me dijo: “bueno déjame pensarlo”… Entonces a la semana (por intermedio de Laura, que era la cantante de Las Chicas y amiga de Charly), consiguió mi teléfono. Fui a la sala de ensayo y, desde ahí empezamos a tocar”. Cuando María Gabriela tenía apenas nueve años conoció a Charly: «Yo seguía mucho a Madre Atómica, que era el grupo que tenían mi hermano, el Mono Fontana y Pedro Aznar. En uno de esos recitales, cuando Madre Atómica tocó junto a Sui Generis, fue la primera vez que lo vi a Charly. Recuerdo que después de la prueba de sonido, él iba caminando por el borde del escenario, pisa mal y se cae. Y a mí me quedó grabado. ‘¿Quién es este tipo alto, de pelo largo, tan despistado?’, me preguntaba”. Entre 1994 y 1995, grabó con Charly García La hija de la lágrima, Cassandra Lange y Hello, un show unplugged.

Ese año conoció a Robert Fripp, guitarrista de King Crimson, y tomó con él un seminario que incluyó varias presentaciones por la Argentina, con Los Gauchos Alemanes y al concluir la gira en Buenos Aires, Fripp subió al escenario para compartir el show de cierre; también participó produciendo, componiendo, tocando y cantando en el proyecto Montecarlo Jazz Ensamble junto a Fernando Samalea y más de cincuenta músicos argentinos de diferentes estilos, quienes grabarón dos álbumes con el mismo nombre a beneficio de la Comunidad Aborigen Argentina; a finales del 95 se reunierón nuevamente Viuda e Hijas de Roque en Roll con un gran éxito, tocaron en The Roxy y grabaron un disco en vivo.

Formó A1 (un sobrenombre con el que Charly solia llamarla), los integrantes del grupo eran Matías Mango en los teclados, Miguel Bassi en el bajo y Demián Cantilo en la batería, al año siguiente, entre abril y julio de 1997, con el apoyo de un sello independiente graban Señorita Corazón producido por Tweety González, y como músico invitado, Eric Schermerhorn, guitarrista de The The, Iggy Pop y Tin Machine, grupo en el que paso una temporada de su carrera David Bowie a principio de los 90’s.

Tras realizar varias presentaciones con su proyecto culmina con una destacada actuación en el concierto Buenos Aires Vivo III, organizado por la Secretaría de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, ante unas 30.000 personas.

En 1999 comienza las preproducción de Perfume, ya no como A1, ahora como María Gabriela Epumer, grabado entre agosto y noviembre, este estupendo CD vió la luz ya en el año 2000 y conto con la colaboración de Fito Páez en Espero que el sol salga, Robert Fripp en Introducción (previa a Quiero estar entre tus cosas) y Charly García en Ah! te vi entre las luces, además de mucha gente más. Su grupo base para la realización del disco como para los conciertos era Chistian Basso en el bajo, Fernando Kabusacki en la guitarra y Martín Millán en la batería. Las presentaciones para promover este trabajo incluyeron una en el Luna Park abriendoles a Blur y otra más compartiendo ecenario con Sonic Youth y Seann Lennon en el Club Hipico de Buenos Aires.

En el 2001 participó en el Festival Femina Rock que reunio a grandes y talentosas mujeres como Amaral de España, Aterciopelados de Colombia, Julieta Venegas de México y María Gabriela Epumer de Argentina, por supuesto, en una gira por varios paises.

En noviembre del 2001 editó Pocketpop, un mini CD que incluia dos temas, Día de amor y Despacio, más un juego interactivo donde el principal personaje es Mapu. Este EP venia dentro de una lata de betún, un objeto de colección dificil de conseguir hoy en día.

Toda esta trayectoria en plan de solista no le impidio continuar a lado de Charly García como integrante de su grupo, en el 96 participó notablemente en el extraordinario Say no more, continuo con El Aguante del 98, después en el CD que recoge la esencia del concierto gratuito que Charly Garcia dió en Puerto Madero, Demasiado ego, grabado en vivo el 29 de febrero de 1999 en el festival de rock Buenos Aires Vivo 3 ante unas 250.000 personas, luego el magnifico Sinfonía para Adolescentes del 2000 con el dueto García-Mestre: Sui Generis y su consecuencia logica, Si del 2001, con los shows de Boca y Parque Sarmiento en Argentina, hasta llegar al Influencia del 2002 de Charly.

En enero del 2003 sale The Compilady, una recopilación de sus anteriores trabajos que incluye nuevas versiones, remixes, versiones en vivo y seis videos.

El 30 de junio de ese año en el Hospital Francés de Buenos Aires encuentra la muerte. Tenía 39 años. Las causas de su deceso no son del todo aclaradas, los médicos que la atendieron dijeron que llegó al hospital con un paro cardiorrespiratorio y pese a realizarle tareas de reanimación, su corazón no respondió. Su muerte fue calificada como “dudosa”. Según se supo, Epumer habría sufrido problemas respiratorios en los últimos días, llegó de una gira por la provincia de La Pampa y Mar del Plata con ese cuadro de salud, fue a hacerse ver y murió.

 Los restos de María Gabriela Epumer fueron inhumados dos días despues en el Cementerio de la Chacarita y depositados en el Panteón de Sadaic en el cementerio de la Capital Federal, luego de haber sido velados en la casa mortuoria de Acevedo al 1100.

En el 2006 Sony-BMG edita un compilado llamado Homenaje a María Gabriela Epumer, ironicamente es el único material no independiente de su carrera, tal vez si las transnacionales se hubieran fijado en ella en vida, seguramente habria mucho más música de María Gabriela Epumer girando por el mundo. De cualquier forma, lo que nos dejó ha sido suficiente para que no podamos olvidarnos de ella… y para que aquellos que no la conocen aún, la descubran y se enamoren de sus canciones y de su voz.